Esta pandemia, me hace recordar la fábula del ratón de la granja, que le dijo a los demás animales, que le ayudaran, porque el granjero había llevado un feroz gato y las gallinas, cerdos, vacas y demás animales no le hicieron caso, porque no les afectaba la presencia de ese felino, después de un tiempo, apareció una serpiente quien mordió a la esposa del granjero y ella empezó a decaer tanto, que una vecina le dijo al pobre granjero desesperado, que había que darle sancocho de gallina para ayudarle a mejorar. El granjero empezó a matar a sus gallinas, pero al no presentar mejoría, el granjero empezó a vender sus vacas y demás animales, porque no contaba con los recursos para atender sus gastos, porque su tiempo estaba dedicado al cuidado de su esposa.
Esta fabula, es igual a nuestra situación actual con la pandemia que nos afecta, empezamos a ver las trágicas noticias en Wuhan, pero no hicimos nada, bueno, la crisis estaba muy lejos. Pero en un par de días vimos como Italia, empezó a tener contagiados por este fatal virus… pero tampoco a los
latinoamericanos nos importó, veíamos de lejos la situación, frente a una televisión que nos protegía del dolor y la angustia de esos pueblos. Luego
España y así, hasta que nos tocó la puerta…
Esta tragedia nos deja varias enseñanzas, que debemos empezar a revaluar para reinventarnos como personas, como profesionales y cambiar muchos de nuestros hábitos que nos limitan. Hoy quedarse en casa, es la mejor opción, para salvaguardar nuestras vidas y la de los demás. Después de esto, debemos hacer como el ave Fénix, que renació de sus cenizas, porque lo que se nos viene es muy fuerte, por este motivo, guardemos nuestras fuerzas, para generar las acciones que nos ayuden a salir adelante. No les niego que también tengo miedo, pero no estamos solos, siempre está nuestra fe que nos acompaña, nuestra familia que debemos rodear, los amigos que nos hacen reír con sus locuras y nuestra vida que aún conservamos.
Les recuerdo que debemos disfrutar cada instante de nuestro presente y no arrepentirnos de lo que dejamos de hacer. Sigamos adelante, pronto esto va a pasar y los que podamos sobrevivir lo haremos con resiliencia.
Por ahora: Quédate en casa.